Cada año, más de 50,000 enfermeras se gradúan en toda España y en los últimos cinco años, se han creado casi 5,000 nuevas plazas. Sin embargo, a pesar de este aumento, la escasez de enfermeras persiste. ¿Cuál es el motivo?.
La actual coyuntura revela que la falta de enfermeras es un problema tangible y está generando dificultades para los diferentes sistemas públicos de salud. No obstante, esta problemática se volverá aún más grave en los próximos años. Un porcentaje considerable de enfermeras, cercano al 4% según el Col·legi Oficial d’Infermeres i Infermers de Barcelona, ha abandonado la profesión, y el 80% lo ha hecho motivado por las condiciones laborales, que incluyen la temporalidad, la sobrecarga de trabajo, el salario y la falta de reconocimiento profesional.
En Galicia, entre 2017 y 2021, el número de enfermeras disminuyó un 2,3%, convirtiéndose en la comunidad autónoma con la mayor pérdida de profesionales en toda España. Según un estudio del CGE, en Galicia, el 45,8% de las enfermeras ha considerado en algún momento abandonar la profesión, y el 32,5% no volvería a elegir cursar la carrera si pudiera retroceder en el tiempo.
Una de las causas que ha provocado esta situación es la elevada precariedad y temporalidad del personal. Un problema originado por la propia administración pública que ha permitido que los profesionales tengan que estar una media de 15 años para estabilizarse y sufran durante esos años inestabilidad laboral digna de las peores ETTs.
Otra de las motivaciones para dejar la profesión, es la carga de trabajo. Las enfermeras gallegas presentan la segunda peor ratio enfermera-paciente de España según datos del año 2021 publicados por el INE. Por cada 1.000 gallegos hay 5,17 enfermeras y en España 6,25. Respecto al resto de países de la Unión Europea, España sólo se sitúa por debajo de países como Eslovaquia, Italia, Hungría, Bulgaria, Grecia o Letonia. Estas alarmantes estadísticas, agravadas por la jubilación inminente de miles de profesionales en los próximos años (donde el 20% de las enfermeras tiene 55 años o más, cifras superiores a las actuales), subrayan la necesidad imperante de fidelizar a las profesionales que trabajan en el sistema de salud público.
Si no se realizan cambios en la gestión y planificación de los recursos humanos, el auténtico caos se materializará en el déficit de enfermeras debidamente formadas y como usuarios del sistema público de salud, no debemos tolerar este escenario.