Enfermeras heroínas

Mi hermana ha estado siempre al lado de quien más la necesitaba. Ha tenido que contener sus lágrimas al ver morir a niños, jóvenes y ancianos. Ha pasado infinitas noches alerta, a la espera de que un timbre sonase. Ha habido días en los que no ha tenido tiempo de comer o ir al baño. Ha soportado los insultos y las faltas de respeto de algunas personas. Ha asumido responsabilidades que otros hubieran rechazado. Ha tenido que aprender a trabajar en ciertos servicios por cuenta propia, de forma acelerada. Nunca ha podido hacer planes a largo plazo, ni organizar viajes, pendiente siempre de la bolsa de trabajo. Ha tenido que aceptar contratos de última hora, por miedo a ser penalizada. Ha pasado años estudiando para presentarse a una oposición, robando tiempo a su necesario descanso. Ha pospuesto su proyecto de vida a expensas del trabajo. Mi hermana es víctima de un estrés y una incertidumbre constante. Mi hermana no es una persona corriente, es una heroína de Marvel: mi hermana es ENFERMERA.

Mi hermana ha recibido el cariño y los elogios de muchos pacientes agradecidos. Ha pasado noches enteras en la salita, tomando café, charlando con sus compañeras. Ha recibido flores, bombones y notas de agradecimiento de muchas personas. Ha tenido bebés muy pequeños en sus manos y ha escuchado mil y una historias de ancianos. A lo largo de su carrera, ha acumulado un sinfín de anécdotas y buenos momentos, gracias al apoyo incondicional de otras heroínas. Ha aprendido mucho más de ellas que de los libros de la oposición. Mi hermana se enfrenta día a día a ese gigante llamado Administración y aun así, no pierde la vocación. Desempeña su trabajo con la misma dedicación del primer día. Mi hermana no negocia horas libres ni subidas salariales, a lo único que aspira es a tener unas condiciones laborales dignas. Mi hermana ha consagrado su vida al cuidado de la salud, principal activo social. Como ella, miles de heroínas más; madres, hijas, esposas, novias, amigas, etc. Mujeres cuyos poderes pasan desapercibidos en los pasillos de cualquier hospital, y que tienen el derecho de tener una vida normal.

“Imagen del Banc d’Imatges Infermeres. Autoría: Ariadna Creus y Àngel García”

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